domingo, 2 de marzo de 2008

AMOR Y MAR.

Amor, lágrima vertida sobre vidrio.
Leyenda, fuente que mana historias
sobre mentes jóvenes y briosos brotes de tiempo
donde el mar mece su atardecer níveo.

Eterna madrugada ante los deseos peregrinos,
piel a piel, azahar oloroso, carne libertaria y atrevida
donde los suspiros nadan levantando murmullos,
ecos de la tarde esparciéndose en el crepúsculo ensortijado
que cabalga enfebrecido sobre los abanicos del mar.

Déjame acariciarte, ola a ola, beso a beso,
erizarte el alma lentamente con la suavidad de los dedos
y romper tus espumas entre te quieros
sobre tu espalda agonizante en sucesiva pirueta.

Hoy se columpia el sol ocultando mis recuerdos,
todo tiene un final, todo se desvanece cómo nube somnolienta
y ese albor, que es esperanza, encierra la flor y se impacienta
ante esos espejos de nieve que levantan su velo en torbellino
y se adormecen frente al espejo de tu amanecer.

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